A menudo me encuentro escribiendo cosas negativas, tremendistas, desesperanzadoras… y paro la mano que traza las letras. Pero al instante, estas se cuelan de nuevo en mi cabeza formando párrafos que me atormentan y taladran.
Y realmente me pregunto ¿por qué borrarlas? A nadie le gusta escuchar, leer… las cosas malas. Pero de alguna manera debemos cambiarlas y ¿cómo empezar sino reconociéndolas?
De modo que realmente espero que podáis advertir en mis palabras el afán de mejorar el mundo, porque lo veo como una manera de aportar mi granito de arena. Porque es mi modo de agradecer la suerte que tenemos frente a otras personas menos afortunadas. Porque es mi forma de ponerles voz.
Porque si sigo escribiendo esto es porque en el fondo, albergo esperanzas.
Siempre has sido tan buena, Ana… Tan luz. Ay <3
Qué vergüencita, Bea… Supongo que siempre me han preocupado las mismas cosas