Papel roto. Mundo roto.

Sí, a veces sueño un mundo diferente.
Un mundo donde las atrocidades e injusticias son solo pesadillas que terminan al despertar.
Muchas veces lo sueño, sí, quizás cientos de veces incluso.

Podría pensarse que después de tanto tiempo viviendo en una sociedad a la que llamamos civilizada, ningún crimen debería cometerse, ninguna desigualdad debería existir. Pero no es así.
Caemos en los mismos surcos, tropezamos con las mismas piedras y si bien el nivel de vida ha mejorado con los años, (o al menos eso se dice no sé desde qué punto de vista) aún hay gente que muere cada segundo. Las cosas buenas no han llegado a todos los seres humanos ni son suficientes para contrarrestar lo malo de la sociedad y del mundo.
¿Por qué seguimos así?
El ansia de poder y la riqueza extrema, enfrentada al hambre y a la miseria, siempre ha estado ahí.
La falta de empatía, el egoísmo y un montón de factores más, han contribuido al hecho de que unos pocos tengan más de lo necesario y el resto no posea ni lo imprescindible para sobrevivir. Una balanza que continua desequilibrada y que no intentamos arreglar con todas nuestras fuerzas.

Sí, a veces sueño que esto no es así.
A veces sueño que no hay guerras por motivos estúpidos, ni tristeza, ni pobreza.
A veces sueño que tratamos mejor el planeta.
A veces, sueño que podemos cambiar el mundo, un mundo que se va rompiendo con el paso de los años y al que nadie parece dispuesto a salvar.

Un mundo roto, pero un mundo que podemos ir volviendo a construir, desde cero, sin cometer los mismos errores del pasado.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *