Acaba una etapa de mi vida y esta es mi forma de agradecer a los que han estado presentes en ella todo lo que han hecho para que la disfrute:
Soy quien soy por todos los que han sido por y para mí. Por los que me han apoyado y por quienes me han abierto los ojos. Por aquellos que me han regalado palabras hermosas y también por los que me han dedicado frases duras.
Soy quien soy por todo lo que he vivido.
Por las experiencias y simplemente por vivir, por eso, gracias.
Gracias a quienes han tenido un pequeño gesto conmigo: un saludo, abrazo, una sonrisa sincera.
Gracias también a quien me ha corregido, a quien me ha señalado el camino. Gracias a los que sencillamente han estado conmigo.
Gracias a todas esas cosas que no dependen de mí, ni de nadie, aquellas que vienen sin avisar, frías, difíciles, como obstáculos en el camino. Gracias, porque al haberlos sorteado me han vuelto más fuerte. Más fuerte, o al menos consciente de que la vida es eso, un recorrido con rachas buenas y malas, pero donde siempre sacaremos alguna cosa por la que dar GRACIAS.
Hola, Ana, cada vez que veo algo nuevo en este blog me alegro de poder tener la oportunidad de leer estas cosas tan bonitas que escribes. Un beso muy grande.
Mil gracias Nicuta 🙂 Me alegro de que disfrutes leyéndolo. Un besazo enorme.
Cuando lo escuché en la capilla me emocionó y poder tenerlo aquí para leerlo cuando quiera es genial, gracias por escribir tan bien y hacernos ver las cosas. 🙂
Gracias a ti Esther, por estar siempre ahí.