Dibujé esto hace ya un par de años, después de tener escrito el texto meses atrás. Como podéis imaginar, nadie fue capaz de descifrar mi caligrama. Era tan largo y estaba tan revuelto, que no sabían por dónde empezar. Pero ya que estoy sacándome espinas clavadas, continúo con esta. Lo que se escondía en “Rojas amapolas“:
En las guerras
los que maten plantarán hierbas de rojas amapolas
para poder dormir
mientras siembran
el pánico y la desesperanza.
Y asimismo rojas
recogerán las gotas de sangre de quienes mueran
salpicando sus rostros impasibles.
Sorberán despacio
las amargas infusiones
y así también los deseos y los sueños de los inocentes.
Conciliarán el sueño
mientras los enjaulados sueñen
con alzar el vuelo.
Cantarán borrachos melodías sin sentido
mientras los pobres moribundos buscarán un sentido
a la guerra y a la muerte.
Los que maten
se acostarán en camas donde encontrarán placer en algo que no es amor.
Mientras, los que se aman…
Llorarán por perder la oportunidad de dar un último beso a la otra parte de su corazón,
que tal vez le haya robado una bala de metralla.
Y los que maten
verán los cuerpos arder con pieles descarnadas
y no sentirán dolor.
Se escudarán en frases de ignorantes.
Mientras, los que no tardarán en morir…
Verán bultos desmadejados,
rezarán o no
y suplicarán no ser los siguientes.
Y ambos,
los que matan
y los que no quieren morir
perderán parte de su humanidad en esto.
Y llorarán con agrias lágrimas si sobreviven a ese infierno.
En un lado o en el otro de la guerra.
Y si ya han muerto,
también sollozarán,
y lo harán sobre tumbas que no lleven sus nombres.
Pero no caerán en el olvido.
La humanidad ha cometido barbaries enormes que no tienen causa,
ni sentido,
que no pueden perdonarse
ni olvidarse.
No plantemos más hojas de amapola
mientras mueren de hambre
niños,
ancianos,
padres y madres.
No plantemos hojas de amapola,
ni de valeriana,
ni de pasiflora…
incluso aunque no sujetemos un arma.
Pues dejar morir a la gente en la guerra o en la tierra…
Es un insulto a la vida entera.
…
Guau.
G
U
A
U.
En serio, Ana, estoy sin palabras. No sé cómo llamarás tú a esto, pero yo lo llamo talento. Talento de verdad. Palabras de las que llegan al corazón y te clavan espinas, y contado de una forma tan preciosa… Y luego, arte y talento para encerrarlo en un dibujo.
De verdad que es increíble. Eres increíble.
Yo lo llamo trabajo para el cole xD Pero siempre fue mucho más que eso. Vio la luz antes siquiera de que el profesor pidiera un temido caligrama…
Yo lo llamo expresarse, y tú lo llamas talento porque me quieres mucho 🙂 Y yo también te quiero.
Es perfecto Ana, absolutamente perfecto.
Por suerte o por desgracia escribo sin saber, pero es lo que creo… Muchas gracias de verdad Sevi.